Los antiguos griegos pensaban que la música podía afectar al “ethos”, el carácter ético de uno o el modo de ser y de comportarse. Efectivamente, no andaban desencaminados. El pasado 27 de abril se celebró un concierto en el colegio Juan XXIII de Burjassot que conmemoraba sus cincuenta años de existencia. En el preámbulo a la actuación, que corrió a cargo del Cuarteto de Cuerda Valencia, la concejala de educación del Ayuntamiento de la localidad, Dña. Laura Espinosa, expresó cuán necesaria era la música en la escuela para el desarrollo intelectual de los alumnos. Así lo argumentaban los antiguos, que no dudaron en aseverar que en las melodías existían imitaciones de los estados de ánimo. Durante la audición, el cuarteto formado por Sarahi, Lola, Mara y Teresa, nos hicieron sentir eso; ese “duende” del que hablaban los musulmanes de al-Ándalus que recorría el cuerpo buscando la armonía interior. El repertorio, equilibrando la balanza entre obras clásicas y modernas, nos despertó emociones, sentimientos y momentos pretéritos que nos transportaron a otros lugares y tiempos pasados. ¿Quién de los que asistimos no evocamos en nuestra mente un recuerdo o una imagen con las canciones que se interpretaron? Tal y como acertó a decir la Presidenta del Patronato Juan XXIII Dña Vicenta Bueso al concluir el concierto, que el salón de actos aquella tarde se había llenado de magia, y nos  recordó que allí, en aquel escenario, desde hace cincuenta años, se había vivido, se vive y se vivirá todo tipo de  experiencias culturales y es que, en definitiva era un salón con “alma” que se había revestido de música .

Gracias al Cuarteto de Cuerda Valencia por su desinteresada participación y su buen hacer con la música.